viernes, 10 de abril de 2020

IDEAS QUE EL VIRUS METE EN MI CABEZA




1. Oigo las informaciones sobre los “turistas de cuarentena” corriendo hacia sus segundas residencias de playa y pienso: es primavera, y en primavera salen los capullos.

2. Después de tropecientas vueltas alrededor de la mesa del salón para mantener el tipo, pienso: soy un hámster haciendo girar la rueda hacia ninguna parte.

3. Otra de capullos. El confinamiento me hace pensar que todos somos larvas encerradas en su cápsula, en una fea vaina o en un capullo de seda, a la espera de salir como polillas o como mariposas. Lo que se siembra, se recoge.

4. Viva las canas. Ahora, en la fase larvaria, las rubias empiezan a transformarse ya en mariposas blancas. La naturaleza recupera su color frente a los tintes, igual que recupera los espacios que le habíamos arrebatado los humanos.   

5. De nosotros, los hombres, no se me ocurre nada: Cuando los capullos salgan (salgamos) del capullo, ¿seguirán (seguiremos) siendo tan capullos?

6. Del ambiente político, no se debería hablar sin mascarilla. Sobre la puerta del Congreso, debería figurar la inscripción del infierno de Dante: “Perded toda esperanza los que aquí entráis”. También la perdemos nosotros: nada bueno saldrá de ese capullo, del inextinguible infierno. 

7. Cuando oigo eso de “volver a la normalidad”, miro los mapas de contaminación mundial de antes y después, o los de tráfico aéreo, con el cielo atestado de aparatos yendo y viviendo como pollos sin cabeza (caramba, cómo se ha puesto de moda esta imagen) y me sale un grito: ¡Diosanto, que alguien encuentre pronto otra normalidad. 

8. Pregunta: Cuando cumplamos dos meses y un día, ¿nos concederán el tercer grado?

9. Los Corona son tecnología punta de la naturaleza. Lo que darían los biotecnólogos por alcanzar algo de su eficiencia. Lo mejor que saben hacer, con enorme esfuerzo y poco éxito, es utilizarlos.

10. Hipótesis: la infección de los virus es una invasión alienígena, y nosotros, pardillos, somos sus naves de transporte. Es la cuadratura del círculo. ¡Son geniales!


11. Cuando salgamos del capullo será de admirar la proliferación de pilosidades faciales. Temo no reconocer a los amigos. Esto me lo confirma: el mundo será definitivamente diferente.

12. Sí, el mundo será diferente. Con tanta lejía, quedará decolorado.

13. Pregunta: si, como parece, nos gusta el ejército cuando se convierte en un servicio de protección social, ¿por qué no lo cambiamos de verdad por un cuerpo de protección social tan poderoso como el ejercito? Pero es una pregunta retórica.

14. “El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos”, pero, ay, nos falta el romanticismo de Casablanca. El mundo se derrumba y nosotros nos encerramos.

15. Según parece, ahora todos somos héroes: los sanitarios, las limpiadoras, los niños (para que aguanten sin rechistar) y los que estamos enclaustrados (por estar sin hacer nada). ¿Qué pensarán de esto los héroes? La profesión se ha devaluado.

16. El limbo doméstico nos hace perder la noción del tiempo. Muy pronto, alguien llegará a la cola del supermercado y preguntará “¿Es aquí donde se compra la lotería de Doña Manolita?”.

17. A estas alturas, cada ciudadano tiene su opinión, inequívoca, sobre la pandemia, así que no hay duda: el Gobierno está equivocado.

18. El gran empeño de estos días es “bajar la curva”. Ese es también,, cada año, el primer propósito tras los excesos navideños. Ojalá ahora tengamos más éxito.

19. Al final de la curva, ¿habremos cambiado de dirección o nos encontraremos de nuevo en el punto de partida.

20. Los mayorcitos hemos pensado alguna vez:"No estaría más volver a la cuarentena". Ahora, todos querríamos salir. 

21. Si a la distancia física la llamamos “distanciamiento social”, ¿cómo llamaremos entonces al abismo abierto entre las clases sociales, o entre dos antiguos amigos o amantes? 

21. Hablan del desconfinamiento “por fases” y me siento como la Luna. Se lo comento a  un amigo, por videollamada y percibo su cara de conmiseración cuando me dice: ¿”Y dónde crees que nos han confinado?”

22. Lo del desconfinamiento por fases me hace pensar. Cuando nos encontremos en la tercera fase, ¿quiénes serán los extraterrestres? ¿No seremos nosotros?

Veámoslo de este modo: Si viajamos en un cohete de tres fases para salir del aislamiento, ¿a qué planeta llegaremos? Y me respondo: al exoplaneta Tierra: todos seremos alienígenas.

Pero me temo que ya nos habíamos deshumanizado. Y entonces tengo un sueño: al contrario que en la película La invasión de los ladrones de cuerpos, esta vez, gracias a un virus, salimos de las vainas reconvertidos en humanos. Pero es un deseo.

No estaría mal: salir de nuevo humanos a la hermosa primavera. Reconciliados con la Tierra. 


Y basta por hoy. Aquí seguimos viendo pasar el tiempo como la Puerta de Alcalá. Del papel higiénico, ya se me ocurrirá algo. Un abrazo a todos. Y que dios nos pille confesados.
(Continuará)

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